La garnacha (conocida internacionalmente como Grenache) es una de las variedades tintas más versátiles y extendidas del mundo. En España, su país de origen, ha resurgido con fuerza en las últimas décadas, pasando de ser una uva "de volumen" a protagonista de vinos de alta calidad.
Originaria de Aragón, probablemente del entorno del Monasterio de Veruela, cerca del Moncayo. Su cuna histórica se sitúa en zonas como Cariñena, Calatayud y Campo de Borja, donde muchas vides son centenarias, plantadas en vaso y adaptadas a suelos profundos y climas extremos.
Es una vid vigorosa, longeva y resistente, pero exigente. Estas son sus principales rasgos:
- Brotación y maduración → Brota temprano (sensibilidad a heladas primaverales) y madura tarde, necesitando climas cálidos y largos veranos para alcanzar su potencial.
- Clima ideal → Prefiere climas mediterráneos duros: inviernos fríos, veranos calurosos y secos, con buena amplitud térmica (frío nocturno antes de la vendimia para preservar acidez y delicadeza). Es muy resistente a la sequía y no tolera bien suelos húmedos.
- Condiciones para vinos de calidad → Viñas viejas (a menudo centenarias), rendimientos bajos, suelos pobres y pedregosos que obligan a la vid a "sufrir" (pendientes imposibles, climas marginales). Necesita viticultura atenta y vinificación moderna: selección manual, control de temperatura y oxigenación suave. No es apta para producción intensiva ni viñedos jóvenes.
Los grandes vinos de garnacha comparten:
- Fruta roja madura (fresa, frambuesa, cereza) → A menudo con notas dulzonas y especiadas.
- Alcohol naturalmente alto (fácilmente >14%) → Cuerpo medio-alto, taninos suaves y textura delicada.
- Acidez moderada → Equilibrio gracias a frescura en climas con amplitud térmica.
- Capacidad de envejecimiento
Aunque en realidad por lo que destaca la garnacha es por su capacidad para expresar el paisaje del que proviene, tal y como afirma el MW Pedro Ballesteros : " es una variedad de uva camaleónica, que adapta su expresión a los climas en los que crecen las vides y muestra sensibilidad a las diferencias de suelo. También es un gran trabajador en equipo, que tiende a mejorar las mezclas"
Los diferentes estilos de garnacha que nos podemos encontrar en España dependiendo de su origen pueden ser :
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Aragón (Cariñena, Calatayud, Campo de Borja): Su cuna. Vides antiguas en suelos pobres y altitudes variables. Vinos concentrados, minerales, con fruta intensa y estructura.
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Rioja: Tradicionalmente dominante en Rioja Oriental (antigua Rioja Baja, más cálida y seca), donde aporta jugosidad, fruta dulce y "carne" a los coupages con tempranillo o brilla con ejemplos finos como el Quirón de Valmira de Álvaro Palacios. En Rioja Alta (clima más fresco), se vuelve sutil y delicada, con colores pálidos y aromas florales.
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Navarra: Influencia atlántica, más lluvia. Rosados frescos y elegantes (historia de claretes). Tintos sutiles, aterciopelados, con notas de frambuesa.
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Cataluña (Priorat, Montsant, Terra Alta): Influencia mediterránea suave. En Priorat (suelos de licorella) : potentes, refinados, profundos (a menudo con cariñena). En Montsant y Terra Alta, más gorditos e inmediatos.
- Sierra de Gredos (Cebreros, Madrid, Ávila y parte de Castilla y León): Viñas muy viejas a más de 1.000 m de altitud en suelos graníticos pobres. La altitud compensa la latitud con temperaturas frescas, gran amplitud térmica y mayor radiación UV, dando equilibrio, frescura y maduración fenólica acelerada. Vinos únicos de montaña: suavemente estructurados, perfumados, sólidos pero elegantes.
La garnacha es una variedad en auge, perfecta para el cambio climático por su resistencia a la sequía. Si buscas vinos auténticos que hablen de su paisaje, empieza por una garnacha de viñas viejas aragonesas, por la frescura de Gredos o por la intensidad del Priorat.