La Nochevieja es un momento perfecto para disfrutar de la buena gastronomía y del vino. Normalmente, para una ocasión tan especial como es el final de un año y el comienzo de otro nuevo, nos lanzamos a degustar platos que no comemos todos los días y, por eso, para acompañarlos, abrimos una botella de vino especial.
Pero, antes de lanzarse a por cualquier botella, ¿por qué no aprovechar la ocasión para realizar un buen maridaje entre los platos que vamos a servir y los caldos que armonicen a la perfección con ellos? A continuación te proponemos algunos consejos, tanto si organizas una cena como si acudes como invitado y quieres sorprender con una botella a tus anfitriones… O si cenas en un restaurante y quieres pedir el vino perfecto.
Aperitivo
Uno de los momentos álgidos de esta fiesta es el de los entrantes, en los que la gente aprovecha para conversar en torno a los platos más informales de la noche. En ocasiones, el plato fuerte de la cena son, de hecho, estos entrantes, en los que se combinan el marisco, los embutidos, el queso… Para ellos, nada mejor que un aperitivo tradicional, como el delicioso Kir Royal francés, pero también un fresco vino blanco (para los mariscos o para las conservas y encurtidos) o un vino tinto joven (perfecto para los quesos).
Y un consejo: antes de pasar al plato principal, es conveniente “limpiar al paladar”, algo que se consigue con un sorbete de limón, una costumbre muy extendida en las bodas, pero de la que nos olvidamos en navidades, y que hará que apreciemos mejor el sabor de todos los platos y vinos que tomemos.
Plato principal
El caldo perfecto depende, claro, del plato. Por eso, vamos a repasar algunas opciones que son muy habituales en las cenas de Nochevieja de nuestro país.
- Carnes rojas: un vino tinto, mejor un crianza que un gran reserva, servido a una temperatura de alrededor de 15 grados, así que no hay que meterlo en la nevera pero tampoco permitir que se caliente demasiado.
- Carnes blancas: aunque pueda parecer una apuesta arriesgada, este tipo de platos combinan mejor con vinos blancos, sobre todo con aquellos que tienen un ligero sabor afrutado y bastante cuerpo. Echa un vistazo a nuestra selección de vinos blancos si no sabes por cuál decidirte.
- Pescados: la variedad de pescados es abrumadora, aunque es más determinante la preparación del mismo. Por ejemplo, para los ahumados es conveniente optar por un rosado o tinto joven, mientras que para las preparaciones con cítricos (limón o naranja) lo mejor son vinos de una mayor acidez, para compensar la del plato. Los que se acompañen de salsas con base de mantequilla combinan a la perfección con vinos blancos realizados a partir de uvas de las variedades viura, chardonnay o verdejo.
Postres
¿Y para los postres? Pues los vinos dulces, como los Pedro Ximénez o el Oporto son la elección perfecta. Si quieres saber más sobre cómo maridar vinos y dulces navideños, te lo hemos explicado hace muy poco en este post.
Nos despedimos deseándote un muy próspero año nuevo. ¿Brindamos?
